domingo, 24 de enero de 2010

Bendito demonio.

Cuando mi alma ascendía hasta el cielo, abandonando mi frágil cuerpo sobre el asfalto, un demonio me salvo, devolviéndola a mi ser.
Bendito demonio... le debo la vida.

viernes, 15 de enero de 2010

Rayo verde

Dicen que en el atardecer, justo el instante antes de que el sol desaparezca por el horizonte, desprende un rayo verde, como un último esfuerzo por iluminar esa parte de la Tierra.

Creí ver el rayo verde... pensé que te volvería tener... pero no, tan solo fue una última esperanza innecesaria. Todo se ha acabado, ya no está en el sol, ahora es de noche...

lunes, 11 de enero de 2010

Mi compañero...


Observo nuestra foto, enmarcada en un fino cristal brillante. Tu sonrisa intenta superar la mía, pero, evidentemente, no lo consigue. Momentos agradables y amables que conseguían hacerme olvidar todo mal existente.
Cuesta creerlo... no puedo entender como pudiste marchar sin siquiera dejarme una nota... como si lo nuestro fuese una simple amistad...
No éramos amigos, éramos mucho más, mejor amigos, fieles ayudantes, eternos consuelos que apagaban mi sufrimiento...
Te echo de menos, Chuk... mi eterno compañero.

domingo, 10 de enero de 2010

Lonely.

El reloj de la vecina de al lado suena.
Ton, ton, ton, ton, ton, ton, ton, ton, ton, ton, ton, ton (8)
Las 12.
Coloco el bolso y el abrigo sobre la mesa de la entra, arrastro mi cuerpo hasta mi habitación y me dejo caer con cansancio sobre la cama doble.
Miro al otro lado: otra almohada, otra mesilla. Espacio suficiente para otra persona, una que me hiciese compañía por las noches.
Una sonrisa atraviesa mi cara al pensar que esta noche tendré compañía.
Me quedo en silencio. No se oye nada.
Suspiro y meto mi cabeza en la almohada.
Es verdad, ya no está Cam. Ni Chuck. Ni Mike. Ni Chris. Ni Alan. Ni Corb...
Me giro y miro al techo. Alargo la mano hasta la lámpara y la apago.
Es verdad, está noche volveré a estar sola.

Yo... estoy aquí de nuevo.

Char mordisqueaba un mechón de su pelo. No se atrevía ha darle a aquel botón con el dibujo de un teléfono verde.
¿Qué debía hacer?
Los problemas que había tenido con Gin estaban solucionados, volvía a ser la niña de sus ojos...
Quería tener otra vez la vida de antes, quería sonreír con fuerza cada mañana...
Su pie golpeaba acompasadamente el suelo, abría y cerraba el móvil constantemente, indecisa sobre qué hacer.
Abrió de nuevo su teléfono, buscó su nombre y observó la foto.
Aquella de ellos dos, un día de otoño, bajo un árbol, intercambiando la más dulce de las miradas.
Char sonrió levemente y pulsó el botón verde.
- Piiiiii... Piiiiii... Piiiiii... Piiiiii... Piiiiii... Hola, en estos momentos no puedo atenderte, deja...
- Mierda, el puto contestador...
- ...tu mensaje después de la señal, gracias. Piii.
- Hola.... emm... Corb... Soy Char... he vuelto.